Soñar

No quiero correr, no quiero caminar, solo quiero volar.
Volar en mi imaginación, pensar que no existen abismos.
Perdido en mi propia opacidad únicamente quise soñar.

Sólo quedar consuelo en mi ser y aliento de Nazareno.
Estoy confinado en mi morada proyectando mi añoranza.
Rodeado de incertidumbre y pavor, pagué la quitanza.

Un nuevo día refulge en este orbe de lo ajeno.
He visto un hado en el firmamento que no deja de resplandecer,
Me deslizo por esta cuesta inverosímil hacia el atardecer.

No quiero correr, no quiero caminar, solo quiero volar.
Volar en mi imaginación, pensar que no existen abismos.
Perdido en mi propia opacidad únicamente quise soñar.

El pudiente reflejo de tu sonrisa ensalza mi veneno.
Desadormezco de mi aturdimiento para tornar a la realidad.
Vuelvo a descubrir lo que es la camaradería y la parcialidad.

Delirios de flaqueza transitan el axioma del noveno.
El alba sonríe otra vez tras las colinas de mi locura.
Pasear por las soledades del páramo no ayuda a la cordura.

No quiero correr, no quiero caminar, solo quiero volar.
Volar en mi imaginación, pensar que no existen abismos.
Perdido en mi propia opacidad, ahora ya puedo soñar

Juanjo Imbernón